Desde hace algunas décadas el mundo empresarial se ha venido transformando y cada vez es más común que quienes dirigen las compañías y emprendimientos se están inclinando por atender a sus clientes de una manera más focalizada, es decir, tratando de entender sus mentes para saber cómo abordarlos y qué servicios ofrecerles para ayudarles a satisfacer sus requerimientos.

Sin embargo, hay quienes piensan que todos los clientes son iguales, esto es sin duda una equivocación pues cada cliente es un mundo. Para evitarlo, mencionamos a continuación algunos de los tipos de clientes que pueden encontrarse con mayor frecuencia y sus características para saber cómo reconocerlos.

El que le gusta saber que es importante. Aquí sale a relucir la necesidad del cliente de sentir que es parte del prestigio que tiene la organización de la que forma parte. De ahí la importancia de que tu empresa tenga una reputación establecida, ya que los clientes de este tipo lo valoran mucho.

El que no sabe llegar a su mercado potencial. Aunque parezca poco probable, esto sucede con frecuencia, sobre todo cuando se está emprendiendo. Este tipo de clientes por lo general necesitan de un producto o servicio que puedas ofrecerle, pero a ciencia cierta no lo saben. Es común ver que hay empresas que, aunque tengan un buen producto diseñado para cubrir una necesidad específica, no lograron el éxito al no encontrar la manera adecuada de llamar la atención de su mercado potencial.

Cuando llegan clientes de este tipo es crucial evitar venderle de entrada, sino enfocarse en prestarle una buena asesoría y convertirse en el mejor apoyo en la búsqueda de soluciones que se adapten a lo que realmente necesita. En este caso es mejor servir que vender.

El minucioso. Es uno de los más exigentes pues es especialista en analizar y ver todos y cada uno de los detalles de las ofertas que les proponen. No son muy amigos de los cuestionarios y de encuestas interminables que traten de indagar sobre lo que necesitan, ya que prefieren ir directamente al grano y ver con sus propios ojos los hechos y cifras que demuestren la calidad de lo que intentan venderles. Son clientes que sin mucho trabajo realizan todo un proceso de investigación, ya sea sobre la empresa que los aborda, las ofertas que les proponen o de los competidores que están dentro de su rama comercial. Por lo general no buscan formar lazos de amistad y relaciones laborales muy largas, por lo que es conveniente acudir a ellos muy preparados. 

El que busca establecer una relación. Son clientes muy especiales porque por lo general les encanta establecer lazos fuertes y duraderos. Es por ello que el trato debe estar enfocado en conocerlos a profundidad y hacerlos parte de la familia. Aquí puedes darte la libertad de tratarlos de una manera muy atenta y mostrar interés por sus historias y todo lo que tienen para contarte. Hazlos sentir que son pieza clave del éxito de tu empresa.

El ansioso. Suelen ser muy comunes. Les cuesta esperar y se desesperan si no obtienen la información que necesitan en el momento. Para abordar a estos clientes lo más recomendable es ir directo al grano sin dar tantas vueltas para ofrecerles el servicio. 

El que ante todo piensa en la seguridad. A este tipo de clientes hay que prestarles una atención especial porque para ellos es primordial sentirse seguros en una empresa donde le ofrezcan calidad de servicios y eficiencia en los resultados. Por lo general son de los clientes que están dispuestos a cancelar un buen precio si se les otorgan estas garantías.

Por GGBA

Fuente: https://bit.ly/3uSKprL