¿Consideras que tus jefes tienen conductas tóxicas?
¿Quién no ha escuchado a otro quejarse de que su jefe es tóxico? Sin duda esto es algo muy común en los entornos laborales, sobre todo cuando quienes están a la cabeza de las organizaciones suelen tratar con desdén a sus trabajadores o les hacen desplantes casi por cualquier cosa.
Si bien hay empleados que se sienten muy afectados al estar trabajando en un entorno laboral que cada día se torna más hostil, hay otros que pareciera no importarles demasiado como para perder su paz interior.
Sin embargo, este tipo de conductas que se tornan tóxicas no deben permitirse, normalizarse o pasarse por alto, ya que, lejos de fomentar la confianza y la productividad, ocasionan que los empleados se sientan desmotivados y con ganas de salir corriendo a buscar otro empleo.
Pero ¿qué se puede hacer ante esta situación?
Como mencionamos, el primer paso es evitar normalizar estas actitudes tóxicas por parte de los jefes, ya que, en el caso de Latinoamérica, es usual pensar que por su cargo tienen permitido gritar o mostrarse serios porque “son jefes y es su deber” para garantizar que el trabajo se haga. Nada más alejado de la realidad, porque cuando se trabaja en un ambiente donde siempre hay gritos, malas caras o malos tratos, lo más probable es que el trabajo no salga como se espera, los empleados no rindan, haya desmotivación y la productividad disminuya.
Otra buena alternativa es que, de presentarse este escenario tóxico, los empleados afectados puedan reportarlo con Recursos Humanos para ver si es posible mejorar la situación, sin que esto implique caer en malos tratos o represalias posteriores a la exposición del caso.
¿Cómo saber si tus jefes son tóxicos?
Las actitudes de cada persona pueden variar de acuerdo al caso, sin embargo, hay comportamientos que suelen ser comunes en jefes tóxicos y es oportuno saber identificarlos a tiempo.
Uno de los primeros indicativos de que la relación con el jefe no será muy buena es la falta o la mala comunicación de su parte. Otro aspecto es la arrogancia que pueda manifestar esta persona al momento de hablar con sus empleados, es decir, hacerle pensar que como es jefe su opinión es la única que cuenta y que las de los demás están de más.
Otra característica para identificar a un jefe tóxico es que este se muestre autocrático tomando todas las decisiones, sin incluir al resto de su equipo. Asimismo, suelen manifestar falta de consideración o empatía por los miembros de su equipo y no toman en cuenta sus necesidades o eso que les pueda estar incomodando.
Suelen ser muy irritables, por lo que muchas veces los empleados sienten temor de dirigirles la palabra o de manifestarles alguna situación irregular, ya que usualmente pierden los cabales y una conversación “sencilla” puede terminar en gritos y malas palabras, ya que carecen de habilidades para gestionar y atender las demandas de los demás.
Además, suelen ser inflexibles porque les tienen miedo a los cambios y se guían por el tradicionalismo empresarial, provocando que haya una dificultad para la adaptación al mercado moderno y al progreso de la organización. Suelen tener expectativas irreales y por ello exigen más de lo que deben a sus empleados.
Muchas veces se muestran poco agradecidos cuando sus trabajadores obtienen buenos resultado y hacen las cosas bien, ya que solo se fijan en las cosas negativas que pueden suceder. No saben gestionar el tiempo y no priorizan las actividades eficazmente, por lo que siempre están pendientes de a qué hora llega el personal, cuánto tiempo se tarda haciendo un a tarea, a qué hora salen y regresan de comer y a qué hora se van a casa.
Por GGBA
Fuente: https://bit.ly/3KNY9IU