
¿Te gustaría ser laboralmente feliz?
La felicidad laboral parte generalmente de la rentabilidad de las empresas, ¿Esta afirmación es realmente así? Lo cierto es que, para crear un entorno sociable y motivador que nos impulse a asistir a la oficina cada mañana, que además sea saludable, retador y sencillamente feliz, va a depender principalmente de cada colaborador.
Soichiro Honda, fundador de la empresa automotriz Honda, dice al respecto: “Cada individuo debe trabajar para sí mismo. La gente no debe sacrificarse por la compañía. Vienen a trabajar a la empresa para su propio disfrute”.
Visto desde esta perspectiva, esta llamada felicidad no se logra desapareciendo o quitando las dificultades, se consigue cuando tenemos la capacidad de ser felices sin importar las adversidades, cuando fortalecemos nuestro potencial y centramos la energía en solucionar los problemas, lo cual nos generará experiencias cada vez más positivas con nosotros mismos.
Puede que en ocasiones nos sintamos tan agobiados por nuestro empleo que terminamos pensando que “tenemos el peor trabajo del mundo”. Si bien se trata de una emoción y pensamiento válidos, ya que algunas experiencias laborales resultan menos gratificantes que otras, siempre hay que considerarse afortunado, porque en un entorno complejo, como en el que vivimos hoy en día, tener empleo es un privilegio.
Es de mucho beneficio para todo profesional plantearse las actividades y acciones que le llevarán a la satisfacción profesional. La decisión va a depender totalmente de cada ser humano, partiendo de la premisa de que no se puede responsabilizar a las empresas de los deseos de sus trabajadores, ya que ningún jefe u organización tiene una receta mágica para indicarle a cada colaborador cómo ser feliz.
Para asegurarnos que estamos en un empleo acorde con nuestra vocación, hay que plantearse interrogantes como, por ejemplo: qué nos gusta hacer, cómo y qué queremos, por qué lo quiero y por cuánto tiempo.
Después de lograr una conexión con eso que realmente queremos, el trabajo comenzará a fluir, es por eso que, para encontrar estas respuestas de una manera más sencilla, es necesario descubrir el sentimiento de felicidad que se deriva del trabajo.
Este sentimiento se puede percibir con facilidad al considerar las respuestas a estas interrogantes:
¿Disfruto plenamente lo que hago?
¿Me respetan y mis opiniones son consideradas?
¿Hago un buen trabajo y me siento orgulloso?
¿Trabajo con gente amable?
¿Recibo reconocimiento por el trabajo realizado?
¿Asumo retos y nuevas oportunidades sin temor?
¿Me siento motivado y con energía?
¿Aprendo?
Ahora, ¿Qué es la felicidad? Es un estado de ánimo que nos hace sentir complacidos, satisfechos, alegres. No existe un índice de felicidad o una categoría que haya que alcanzar para que nos consideremos una persona feliz. La felicidad no se parece a la risa, no tiene tanto que ver con llegar a algún lugar, sino con seguir el rumbo que da sentido a nuestra vida.
Por: DT
