¡Respeta pa’ que te respeten!
Si bien el venezolano se considera alegre y divertido también puede ser etiquetado como muy confianzudo, y para los ojos de otras culturas puede ser un ejemplo claro de discriminación racial. Pero ¿cómo no nos van a ver así? si todos tenemos un pana que lo apodamos El/La Chino(a), El/La/Mi Negro(a), El (La) Gringo(a).
Nuestros ambientes laborales no son la excepción para apodarnos e inclusive indagar y profundizar en nuestros parecidos y rasgos físicos con otras culturas. Y esto no representa ninguna ofensa para el epicentro de la comparación. De hecho, el venezolano se caracteriza por saludarse con improperios y similitudes de animales sin ofender, todo lo contrario, es un halago que te saluden ¡Epa perro! o ¡Qué pasó rata!