Pasa en las películas, pasa en la vida real: Conflictos laborales
En tu día a día el conflicto siempre está presente, un pequeño desacuerdo, una molestia acumulada, una inconformidad, malos entendidos o roces pueden ser razones para que se genere un conflicto. En las organizaciones pasa de la misma forma, sobretodo porque conviven en un ambiente laboral diferentes carácteres, ideas y personalidades.
He aquí unos consejos para que manejes el conflicto: Retroalimentación: no tengas miedo de realizar una retroalimentación con tu jefe o compañeros de trabajo, es importante que todos compartan ideas y opiniones sobre las metas que están cumpliendo, los procesos de trabajo y las tareas dentro de la oficina.
No temas a los errores: De todo error se aprende, convérsalo con el equipo, ¿qué formas hay de mejorar el proceso?, hay que evitar las culpas y empezar a resolver el problema.
No caer en malos entendidos: Lo mejor es lo que se habla de frente, evita los chismes de pasillo y rumores. Si hay alguna molestia o inconformidad con una persona o situación que haya ocurrido, convérsalo.
Alguien tiene que ceder: Seamos abiertos a encontrar soluciones y no problemas. Cuando se presente un conflicto dentro de tu oficina, hay que estar dispuesto(a) a arreglarlo.
Profesionalismo: Hay comportamientos y actitudes que te definen como profesional. Sé objetivo(a), fomenta el clima de armonía y evita los conflictos sin razón.
Inteligencia emocional: Esto no es más que mantener el respeto y trabajar por una solución entre todos, éstas son las mejores herramientas a las que puedes recurrir a la hora de resolver un conflicto laboral.